El abuso de las trasnacionales es incesante.
Explotan la letra pequeña. Y son verdaderamente impositivas las popularmente conocidas como timofónicas.
En este caso a Vodafone se la conoce como Robafone.
El uso de técnicas de robo, esgrimiendo la Ley de su parte, no debiera permitirse en una democracia.
Sobre todo tratándose de un servicio público cuasi esencial que antes era estatal.
Es uno de los capítulos, en que salvo por el adelanto técnico, se ha dado un gran paso hacia atrás. En especial hacia la robotización, la despersonalización y el trato injusto.
Y lo curioso es que merced al empuje de estas trasnacionales baja el sueldo de los funcionarios que operan en connivencia con ellas.